HOLA AMIGOS


Bienvenidos a mi blog. Este será un sitio dedicado a la raza que me apasiona, el cocker spaniel ingles, y en general a todos los perros, con raza o sin ella. Aquí iré colgando temas relacionados con ellos, con los cocker y todo aquello que me parezca interesante, sobre veterinaria, etología etc...

Encontrarás que algunos artículos sobre el cocker son un poco técnicos, pero la mayoría son para todos los públicos. ¡No te desanimes !



Agradecimiento:

Me gustaría agradecer a todas las personas que nos han ayudado, explicado y aguantado tantas y tantas cosas, y que han hecho que nuestra afición persista.

En especial a Pablo Termes, que nos abrió su casa de par en par y nos regaló jugosas tardes en su porche contando innumerables “batallitas de perros”. Suyas fueron nuestras dos primeras perras y suya es buena parte de culpa de nuestra afición. A Antonio Plaza y Alicia, también por su hospitalidad, su cercanía, y su inestimable ayuda cada vez que la hemos necesitado. También por dejarnos usar sus sementales, casi nada. Y a todos los criadores y propietarios que en algún momento, o en muchos, han respondido a nuestras dudas con amabilidad.

Y, por supuesto, a Rambo, Cibeles y Maripepa, a Chulapa y Chulapita, y a Trufa, como no, y a todos los perros con pedigrí o sin el, con raza o sin ella por ser tan geniales.

Muchas gracias


Te estaré muy agradecido si después me dejas tus impresiones en forma de comentario.

Espero que te guste y que vuelvas pronto.



PARA LA REALIZACIÓN DE ESTE BLOG NINGÚN ANIMAL FUE MALTRATADO




martes, 7 de marzo de 2017

PERROFINCAS


Uno de los errores más comunes de aquellos propietarios que disponen de una casa o finca es presuponer que los niveles de actividad de su perro serán adecuados en la medida en que el perro tenga suficiente espacio.El dueño da por sentado así, que su perro está suficientemente ejercitado a nivel físico y por tanto emocional, en la medida en que tiene “metros y metros para correr y correr”.
Nos despreocupamos así de uno de los aspectos fundamentales en la construcción de un adecuado carácter y relación con nuestra mascota, como es la necesidad de pasear juntos.


De la misma forma que el tamaño de nuestra casa no guarda relación con las necesarias actividades que nos permiten desarrollarnos como personas sociales y activas física e intelectualmente, el tamaño de un determinado recinto, por muy grande que sea, no satisface la necesidad del perro de caminar, explorar, oler y relacionarse.
El perro pronto aprende que un determinado recinto es su lugar habitual de residencia, y por muy grande que este sea, no mostrará demasiado interés en recorrerlo varias veces para dar rienda suelta a sus instintos y necesidades, que entre otras incluye el explorar y conocer mediante el olfato y otros sentidos el mundo.


El perro no asumirá la necesidad de trotar durante un determinado tiempo dando vueltas a un perímetro, para mantenerse en forma a la manera de los humanos que hacemos footing. Normalmente el perro de finca que no tiene actividad pronto elegirá un determinado lugar en el que pasará la mayor parte del tiempo. O en un caso todavía peor, se pasará gran parte del día recorriendo el frente de la finca que da acceso a una vía pública o un camino, estando en permanente alerta lo que implica un estado emocional caracterizado por la ansiedad y el recurso al sprint y al ladrido como manifestaciones de una energía mal canalizada y la degeneración de estos comportamientos en un tipo de trastorno obsesivo compulsivo. Otra manifestación de esta situación es el recurso a cavar hoyos, morder plantas, o incluso el morderse la cola.
Su vida social también se empobrece, puesto que el dueño renuncia a la necesaria convivencia que caracteriza el componente social de perro.


Por otro lado el perro pierde la oportunidad de aprender a relacionarse con extraños y con nuevas situaciones, a caminar relajado de la correa y a tener un comportamiento tranquilo en múltiples situaciones.
Una parcela no deja de ser un recinto cerrado, sin muchas de las ventajas que caracterizan a lo que debería ser un área de confinamiento en condiciones (muy útil a nivel educativo y de la que hablaremos en otro artículo).


He oído en numerosas ocasiones que tener un perro, sobre todo si es grande, en un piso, es un crimen. El crimen es no proporcionar al perro una rutina de actividad, juego, exploración y contacto con nosotros y con otros sujetos humanos y caninos que le permitan desarrollarse física, emocional y psiquícamente como perro. Y ello no guarda relación con el tamaño de su jaula o habitación.
La finca obviamente nos permite grandes ventajas, pero no exime al dueño de su debida diligencia para con quien se presupone amigo.




Escrito por Yago Ricoy en A Culpa Non é do Can